Me encanta la imitación que hace Carlos Álvarez del Padre Maritín. Me parece genial. Hay días en los que he tenido que correr a la casa de la Loba, sólo para ver el sketch con sus "Horroooo-oorees", "Envíiii-iiidiaaa", sus desmayos, abanicadas y demás.La semana pasada hablaba con los lobos viejos (mis tíos y tías) sobre el motivo real de la separación del verdadero padre Martín de la Iglesia. Si bien es cierto el público en general (léase la masa desinformada) registra que Martín fue "expulsado" por "homosexual" luego de ser sorprendido en la Costa Verde con sus asesores en una actitud "sospechosa" dentro de la camioneta oficial, son otras las razones por las cuales el sacerdote fue separado de la Iglesia (que si tuviera que botar a los del gremio se queda vacía).Fuera del motivo real (que será carnecita para otro post) y del manoseado debate de si es homosexual o no (nos queda clarísimo que este señor puede sentarse en las piernas de quien quiera y no por eso ser más o menos apto para ejercer el liderazgo de un grupo -rebaño- de personas) tenemos que decir que la sociedad perdona "el pecado" pero no el escándalo.Y este escándalo fue muy bien aprovechado por Carlos Álvares para la creación de su personaje, tanto así que invitó al verdadero (Martín, bien "divo", aceptó) a acompañarlo en el show. Nos pareció buenísimo. Reí con cada programa a raudales.Con esa misma promesa y emoción fui a ver a Álvarez en su última fecha al teatro Canout (decadente teatro de revistas, como dirían en Argentina), donde se presentó personificando a este personaje y a muchos otros más. Y realmente me ahogué de risa.Todos los chistes muy buenos, buenísimos... hasta que empezaron los chistes fáciles. Primero Hugo Salazar (que de por sí me cae bomba) con un personaje de drogo pituco (short, lentes oscuros, jerga y harrrta lisura) con un inacabable cuento que no tuvo resolución inteligente, pero con tanto chistecillo que la gente (al final pagas pues) igual se rió.Luego Álvarez comenzó con una recatafila de puyas racistas. Tantas que me llegué a incomodar. Me pareció extraño que yo, que me sé un montón de chistes de negros y de cholos y de chinos y demás, me sintiera tan afectado con eso. No sé, creo que fue mucho.Si a eso le sumamos la caravana de artistas "del ayer" que entraron al escenario (Lelo Costa, El Ronco Gamez, un par que no me acuerdo del año del rey cuete... tanto así que el Ronco le dice a uno... "lo que tú no sabes es que tu público se murió hace tiempo...") y unos cantantes de karaoke que hacían llorar (cantaban bien, pero no era el lugar para cantar cosas tristes... menos con fondito de órgano yamaha)Me cagaron la noche. Claro, llegó luego Maritín (un ratito) y después el inefable Garavito (Garabato) el ideólogo de Perú Posible con sus chistes cojudos pero graciosos ("¿Saben por qué Arnold quiere ser rodilla? Porque Sylvester es-talón"...) una caracterización que sería un éxito si Garavito fuera más conocido.En realidad (si no me pongo exigente y comparándola con lo que me esperaba si no iba) no me fue tan mal, pasé una noche distinta. Me reí, me molesté, me puse triste. ¡Ah! casi lo olvido: los chicos de Ángeles de Arena se lucieron con sus piruetas en el escenario, no los ayudaba la ropa, pero estuvieron muy bacán.Prefiero pagar 20 soles y ver este tipo de cosas que 10 o 15 y ver una mala película gringa. También me enteré que el padre Maritín quiere tener su propio programa de televisión... ¡no pueeess!Ah... y una última de Garabato: ¿Saben por qué Barney quiere ser chino? Porque Bob es ponja.... ¡JA JA JA JA JA!Ojo... las fotos de Garabato que he puesto son en realidad las del verdadero Garavito... ¿no es un cague de risa así nomás? imagínense la imitación.